Entro al Tower Records (tienda de cd’s, dvd’s, revistas, libros, etc.) y me pierdo por horas (y por miles de yenes) dentro de los 7 pisos del establecimiento, y pudo haber sido mas el tiempo y el dinero pero los japoneses tienen la mala costumbre de no subtitular su trabajo en ningún idioma occidental.
Camino por la calle Omotesando pues quería comprar unas cosas en el Oriental Bazaar, una excelente tienda de souvenirs, pero estaba cerrado por el feriado así que desistí, regreso al hostal a descansar un rato donde me pongo a jugar FIFA con unos australianos y británicos por el honor de la patria (terminamos bien deshonrados compadres jejeje) .
Me comunico con mi amigo cubano y quedo de cenar con el y su esposa esa noche, nos quedamos de ver en la estación de metro donde nos habríamos de poner de acuerdo de a donde dirigirnos en la incertidumbre de no saber que lugar daría servicio ese asueto, para romper con la dieta asiática nos decidimos por filete al grito de mi amigo y mío de “queremos colesterol!!!, queremos colesterol !!!!” mientras su esposa nos veía con resignación. Comí carne con champiñones, el siempre presente arroz y un par de cervezas (para no dejar tomando solo a mi amigo jeje) hablamos de historia, política, de la sociología del cubano, mexicano y japonés, y de las dificultades para integrarse al universo japonés, una charla muy productiva.
Ya tarde nos despedimos, había que descansar, que el asueto estaba por acabar.
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