Igual que el día anterior a temprana hora perdí el sueño, a eso de las 5 me levanto para recoger todas mis cosas (a oscuras para no despertar a los compañeros de habitación) saco la maleta al pasillo y a las 6am parto a la estación Tokyo donde tomaría el tren a Nagoya, fue un viaje realmente rápido, mi intención era ir a la zona de Toba para visitar Ise y el Meoto Iwa.
Nada mas bajando del tren rápido me puse a buscar el andén del Mie Rapid Train para hacer una rápida conexión, no tuve problema con ello, así que fueron otras 2 horas hasta la estación Ise-shi, al llegar empecé a buscar los lockers para dejar la maleta pero todos era en extremos pequeños así que tuve que cargar con ella.
Camine con rumbo al “Outer Shrine” la cual está a 5 minutos de la estación, inmediatamente me di cuenta que era el único extranjero (cuando menos occidental) a muchos kilómetros a la redonda, conforme iba caminando se me quedaba viendo la gente lo cual me causo algo de gracia, la primer visita me pareció muy pesada al estar subiendo las escaleras con todo y maleta pero se hizo bien, la intención era seguir con el “Inner Shrine” pero tomé el autobús erróneo al no encontrar indicaciones en inglés (ni siquiera en romanji) al intentar corregir no encuentro a nadie que me pueda ayudar en inglés o algo parecido así que después de un rato desisto de esta visita, para continuar con el plan que había trazado.
Regreso a la estación de Ise-shi y tomo el tren en un viaje de 15 minutos hasta la estación Futaminoura, esta vez tomo un tren local, por la hora atascado de estudiantes de secundaria que regresabana casa luego del compromiso escolar, Futaminoura era un pueblo bastante pequeño junto al mar, de nuevo a caminar arrastrando con la maleta, fue una caminata de algo así como 25 minutos hasta llegar al malecón desde donde se divisaba el Meoto Iwa, dos rocas sagradas dentro del Shinto unidas por un lazo que representan el matrimonio. Pesa a estar usando abrigo estaba temblando con un aire helado junto al mar, después de las fotografías de cajón, volvemos a la caminata rumbo a la estación y tomar rumbo a Nagoya, donde habría de pernoctar.
Después de 2 horas de viaje llegamos a la estación, yo lo que más deseaba era deshacerme del equipaje, que había padecido durante todo el día, así que tomo el metro con rumbo al hotel donde me habría de quedar (a 3 estaciones con un cambio de línea) era un pequeño Ryokan cercano al castillo de Nagoya donde me iba a quedar, hago el check in para dejar mis cosas, entro como perro por su casa sin detenerme en el detalle que debí haberme despojado del calzado, cosa que nadie se detuvo en decirme pero al bajar de nuevo se me quedaron viendo con cara de enojo (cuando menos jeje), era una habitación pequeña con un futón (como lo odié) para dormir, tv y una mesita…ah y una yukata, para ponerse en ambiente jajaja.
Solamente dejé el equipaje y fui a dar una vuelta por la estación de trenes, la cual tenía una iluminación decembrina bastante vistosa y un enorme centro comercial dentro de la misma jeje. Después de deambular un rato tomo camino de nuevo al hotel, pasando primero por una tienda de conveniencia donde adquirí los sagrados alimentos.
Y así acabo ese 2º día.
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