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Internacionalista, sobreviviente de las crisis periódicas de este país, asiduo lector, crítico feroz, miembro permanente de las huestes utópicas.

lunes, 28 de enero de 2008

DÍA 08: Osaka

Era día 24 de diciembre y mi último día en Kyoto, amanecí un poquito enfermo por la lluvia del día anterior, recogí mi equipaje, me despedí de la gente que estaba despierta, casi nadie, y después de hacer el check out me dirigí a la vistosa estación de Kyoto donde tome el tren con rumbo a Osaka, al llegar a la estación Shin-Osaka.

Lo primero que hago es buscar la Loop Line, la línea circular (como la Yamanote en Tokio) que por cierto pasaba a lado del que sería mi hotel (el Annex Chuo), no lo encuentro, hasta que en el módulo de información me explican que no pasaba por ahí, que tenía que tomar otro tren, el de Kobe, bajarme en la siguiente estación, la otra estación Osaka, sigo las instrucciones y tomo el que se supone es la loop line, equivocación de nuevo ya que el tren toma hacia Universal City, no soy el único que comete el error, como 40 personas bajan contrariadas del tren al mismo tiempo que yo y toman el de regreso, ya corregido el rumbo me dirijo al hotel a dejar mi maleta, Shin-Imamiya es la estación creo, el barrio era deprimente, con poca gente en la calle y algunos homeless rondando a un templo cristiano del área.

El hospedaje era del tipo business hotel con cuarto individual sin cama, tipo japonés, y baño compartido, los empleados no hablaban inglés aunque se esforzaban mucho en ayudar en todo lo que podían. El lugar estaba bien pero yo en lo particular traía una mala actitud todo ese día, ya mostraba inicios de gripa y el lugar no se prestaba tanto para socializar como los otros lugares en los que me estuve quedando, por lo que no estuve tan cómodo en Osaka.

Dejé el equipaje y partí rumbo a Namba, la principal zona comercial, lo primero al salir de la estación es a unos jóvenes vestidos de Santa Clos caminando por las calles, lo que me causo gracia, sigo el camino rumbo a los comercios pero cada vez era más difícil caminar, era demasiada la gente.





Las compras navideñas en pleno jeje, al cansarme me orillo en un restaurant donde como, el primer bocado del día, y después entrar en los empujones jejeje. Me pierdo algunas horas en una tienda de 7 pisos donde venden libros, discos y dvd’s y después entro un rato a un pub, pero ya tenía un fuerte dolor de cabeza y después de un rato regreso al hotel a descansar.





Prendo el televisor de la habitación y me encuentro un programa donde se dedican a ridiculizar a deportistas, en el mismo se encontraba Ronaldinho pasando pruebas estúpidas, lo que tiene que hacer uno por unos yenes jeje, hice el zapping pero la televisión abierta en Japón también es mala, sobre todo cuando no hablas el idioma jejeje.

Ya cansado y enfermo prefiero dormir a ver si las cosas mejoran mañana.

domingo, 27 de enero de 2008

¡¡SONNANO KAKE NE, HI OPPAPPII!!

En otro post les comenté sobre un personaje muy particular de la televisión japonesa, yo lo ubiqué por su grito de batalla como el Opapi. Este personaje se maneja como una clase de troll televisivo que aparece de imprevisto a la mitad de un programa y se pone a bailar, su uniforme de trabajo? un speedo y perder el miedo al ridículo.

Haciendo un rápido zapping por los blogs de los latinos en Japón me doy cuenta que no fuí el único al que este tipo llamó la atención. No es raro su popularidad pues su presencia en medios sería la envidia de cualquer político en busca de trabajo jeje

El nombre de este comediante japonés es Kojima Yoshio.



El fenómeno es tal que ves gente en la red emulando la coreografía.



Aquí esta un chico español haciendo su versión del tema para su página www.pepinismo.net

sábado, 26 de enero de 2008

DÍA 07: Kyoto

Pese a la desvelada del día anterior me amaneció relativamente temprano, era domingo y no tenía claro que iba a hacer así que sin algo fijo en la mente tomé camino.

El primer destino era el Palacio Imperial en Kyoto, por cuestión de la hora no pude sacar permiso, por lo que me conforme con caminar por los alrededores, un parque enorme, arbolado, y un montón de chavos corriendo por toda la barda del palacio enfundados en jersey de béisbol rompiendo el silencio de la mañana.


Seguí caminando con rumbo al sur del palacio para visitar el Castillo Nijo, la cual fue residencia del Shogun en el periodo Edo, recorrí primero el interior del edificio principal, la madera del piso crujía, según se dice era a propósito con el fin de poner en descubierto la presencia de intrusos en la morada.

Después caminé un rato por los jardines que rodean al castillo, jardín estilo japonés con pequeños lagos, árboles recortados, caminos empedrados y antiguos muros que resguardan el lugar.



Terminada la visita en Nijo me faltaba uno de los lugares por conocer en éste mi último día aprovechable en la ciudad, Kinkakuji el pabellón dorado, como ya se me hizo costumbre evite tomar el transporte público y me puse a caminar, calculo que fueron poco más de 5 kilómetros pero la llegada valió la pena.

Kinkakuji fue construido como residencia del Shogun Ashikaga Yoshimitsu (según japan-guide.com) convertido en templo Zen a su muerte.

La fila para entrar era considerable, sin embargo transcurrió bastante rápido, la instalación cubierta en laminillas de oro s3 reflejaba en el lago que le rodea, hermosa postal japonesa.

Terminada la caminata me dirijo a la zona comercial cercana al hostal donde me dispuse a comer y mirar algunas tiendas, ya en la noche hice mi última salida por los bares de Kyoto.

viernes, 25 de enero de 2008

DÍA 06: Kyoto-Nagoya

Durante mi estancia en Kyoto había tenido un buen clima, con aire frío, pero el sol nos regalaba su presencia en el día lo que permitía disfrutar en mayor medida de las visitas, pero este día se descompuso, una constante lluvia y la reducción bastante sentida del termómetro se dejaban ver como amenaza.

De nuevo me levante temprano, pero aproveché para mandar algunos correos y hacer un pequeño update a mi blog, pero iba a hacer un viaje corto, iba de regreso a Nagoya donde había quedado de verme con una amiga.


Habíamos quedado a las 11:00 frente a un centro comercial que se encontraba en la Estación de trenes de Nagoya, ella se retrasó un poco así que pude dar una vuelta por el centro comercial, al llegar ella nos fuimos a tomar un café, posteriormente algunas visitas en la ciudad.

Fuimos a uno de los principales templos budistas de Nagoya, creo que el Osu Kannon pero no estoy seguro, y caminamos por una zona comercial aledaña donde ella aprovechó para hace algunas compras pendientes, ya era tarde y no habíamos comido así que compramos un tentempié, takoyakis, unas bolas de masa rellenas de pulpo.



Los takoyakis sirvieron para aminorar el hambre pero poco después ya paramos en un restaurante donde comimos ramen, yo aparte pedi tempura.

Después visitamos el castillo de Nagoya, un hermoso castillo reconstrucción del original que data de 1612 que fue destruido durante la 2ª Guerra Mundial. Lo recorrimos al ya encontrarnos ahí, aunque un poco incómodos por la fuerte lluvia que se negaba a darnos tregua.



Al salir del castillo erramos el camino a tomar (salimos por la puerta contraria) y batallamos para dar con la estación de metro, por lo cual terminamos más empapados jeje, hasta que encontramos una estación y tomamos rumbo a la estación de trenes donde nos despedimos, en la esperanza de coincidir en un futuro cercano.

De nuevo tomo el Shinkasen a Kyoto para descansar en el hostal, el lugar estaba lleno de gente empapada y algo frustrada por un día poco productivo, algo lamentable en este tipo de viajes, en el cuarto de tv estaban los mismos compañeros de los últimos días y ya habían comenzado relajo, se nos unieron un par de chicas (una japonesa y una malaya) que laboraban en el hostal en la búsqueda de un local de sano esparcimiento jeje.

Guiados por una de las chicas entramos en un bar escondido en el 6º piso de un edificio comercial, el lugar estaba repleto, unas 800 personas habrñia en el lugar, un dj en vivo que privilegiaba la música hip hop al fondo del local.

Me llama la atención el tipo de vestimenta japonesa en el bar, tratando de emular el estilo gangsta americano por parte de los hombres con las gorras beisboleras de lado, los pantalones y jerseys amplios, fina barba y lentes oscuros; por parte de ellas lo primero que llama la atención es el cabello con tintes muy claros y peinados en alto, abrigos afelpados a la vez de faldas cortas o pantaloncillos y botas altas.

Como podemos tratamos de integrarnos en el movimiento, pido para abrir la noche un martini seco, no estaba bueno, y lo deje a la mitad, no mas bebidas preparadas esa noche.

Saco a bailar a una chica japonesa pero, estaba demasiado al pendiente de su peinado o mirándose al espejo, después de comentarlo con los demás presentes me doy cuenta que no soy el único con ese problema jejeje, todavía no tengo claro como, pero terminé en una mesa de japoneses, donde no conocía a nadie, brindando con un licor espumoso.

Larga noche fue aquella, a eso de las 5am me despido de todos, incluyendo del resto de grupo que me acompañó originalmente que todavía seguía en el baile, afuera seguía lloviendo (tal y como lo dejé -ismael serrano dixit- jeje) y el viento frío ya era un fenómeno permanente.

El hostal se encontraba a 10 minutos del bar, a pie, al llegar a la puerta busco en mi cartera la clave para abrir la puerta principal... no la encontré, esperé unos minutos en la esperanza del pronto retorno de algun compañero, al no darse emprendo camino rumbo al bar, a medio camino me encuentro con 2 personas que ya iban a descansar y juntos regresamos al hostal para finalmente dormir.

zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

jueves, 24 de enero de 2008

DÍA 05: Kyoto-Nara

Me levanté a eso de las 9, lo mas tarde en lo que llevo en Japón, seguramente por la desvelada del día anterior, me dirigí inmediatamente a la estación de trenes para hacer un viaje corto a la localidad de Nara, el “Miyakoji rapid train” pasa cada media hora, y el viaje dura de 40 a 50 minutos.

De la estación de Nara, después de una caminata de unos 20 minutos se llega al Parque Nara donde se pueden visitar los templos de Todaiji, Kofukuji y Kasuga. Lo primero que llama la atención al llegar al parque es la enorme cantidad de venados sueltos a lo largo del lugar.





La primer visita sería el templo de Kofukuji donde lo más interesantes es la pagoda de 5 pisos, la cual es una de las más grandes en Japón.



La siguiente parada en el trayecto es Todaiji, un templo hecho en madera construído en 1692, reconstrucción del original que data del 752, dentro del templo se encuentra la estatua más grande de Buda en Japón.





Terminando con el santuario de Kasuga Taisha, bastante pintoresco adornado el camino por gran cantidad de linternas de roca.



Después a regresar a la estación para en tren llegar al cuarto templo de la visita a Nara: Horyuji. Templo que data del siglo VII lo que lo constituye en la estructura de madera, que sigue en pie, más antigua del mundo.

Después de Horyuji tomé de nuevo el tren a Kyoto pero me baje un par de estaciones antes de la principal para visitar un santuario a las afueras de la ciudad, Fushimi Inari, el santuario en si no es tan espectacular como el camino donde una valla interminable de torriies de madera escoltan la llegada.




De ahí no quise tomar el tren de nuevo y me fui a pie con camino a Sanjusangendo, algo largo el tramo, después de un rato y con apenas tiempo para hacer la visita entro a este templo, maravillado por las mas de mil estatuas de Kannon que residen ahí, todas tesoros nacionales.



Ya cansado de la larga travesía regreso al hostal, en el camino me detengo en un pequeño supermercado donde compro algo de comida preparada, mientras como en la sala de televisión, el australiano llega con dos botellas de sake, las cuales compró en la tienda de licores a lado del hostal, y mientras comía empezaron a moverse las copas, ya en ambiente salimos otra vez en bola a un bar local, cuando iban a cambiar de bar a otro más movido, muy amablemente me despedí aduciendo un extremo caso de cansancio crónico, no mentía, y así di por terminada la jornada.

miércoles, 23 de enero de 2008

DÍA 04: Takayama-Kyoto

Ese día, a las 6, me levanté para bañarme, el tren con rumbo a Nagoya partía a las 9:30 por lo que aprovecharía la mañana en uno de los mercados del pueblo, me dirigía en esa dirección cuando empezó a nevar.

Yo no le di importancia y seguí el camino, ya estando en los mercados a recorro los pocos puestos que ya se habían instalado, otros mas estaban en proceso de, cuando de repente la nevada arrecia y yo me veo obligado a buscar refugio bajo el techo de un comercio.

Algunos de los oferentes del mercado incluso dejaron de instalar el puesto y recogieron sus cosas, yo hago lo mismo y me dirijo de nuevo al hotel, en el camino pase por una tienda donde compre algo de pan y en el cuarto prepare algo de té, faltando 30 minutos para la llegada del tren hago el check out y empiezo el camino a la estación, seguía nevando, yo caminaba por la orilla de la zona comercial evitando que se mojara mi equipaje, al llegar a la estación lo primero que hago es tomarme un café de lata (ese que promociona Tommy Lee Jones) y dirigirme a las vías esperando lo inevitable jeje.



Fueron 2 horas el camino a Nagoya donde habría de tomar el tren rápido a Kyoto (algo así como 20 minutos) a 3 estaciones y un cambio de línea se encontraba mi hostal (Kyoto Backpak hostel), estaba ubicado a 2 edificios del teatro Kabuki, al llegar antes de las 3 (hora para registro) solo les dejé el equipaje y empecé a caminar, a veces sin sentido, a veces sin conocimiento pero empecé a caminar. Llegue a la zona de Gion, barrio tradicional por la geishas que en esa zona se ubican. Los mapas para los turistas (como un servidor) no eran lo suficiente específicos para moverse por las pequeñas calles que rodeaban los templos y la insuficiente señalización en romanji hizo que algunas veces no estuviera seguro de mi ubicación.

Caminé por los templos de Gión, Kodaiji, por una clase de memorial de la 2ª guerra, el templo de Kiyomizudera (uno de los más grandes, y más bonitos de Kyoto) y al momento de querer ir a Sanjusangendo me perdí, tome otro camino y para cuando quise corregir ya era tarde, entendiendo que a las 5 (algunos a las 4) cierran los templos.











Tome camino de nuevo al hostal, ya hice el proceso de registro y llevo mi maleta a la habitación, checo correo rápidamente y salgo a buscar algo que comer, solo tenía en el estómago un sándwich que compré en la estación de trenes.

Me llama la atención la enorme cantidad de templos que se concentran en Kyoto, de tal forma que incluso estando en una calle de tipo comercial encontrabas templos entre tienda y tienda.




Ya cansado entro a un restaurante y pido un platillo llamado Okonomiyaki, llamado por algunos la pizza japonesa, la cual es una mezcla de fideo japonés con harina y huevo la cual se lanza sobre una plancha como un hotcake al cual se le agrega al gusto tocino, champiñones, y se le pone encima una capa de una salsa parecida al bbq,

Después de comer camino ya tranquilo (el estómago) al hostal, el movimiento en la zona era mucho, entre compradores, conciertos de chelo incidentales y algunas personas apostadas fuera de la estación de metro con letreros de abrazos gratis, ya atravesar el contingente asiático era un reto jeje.

Me siento a descansar en la sala de televisión, donde se me unen un par de canadienses, un australiano y una estadounidense, yo la verdad estaba muy cansado para poner atención a su plática por lo que distraído observaba la decoración del cuarto a base de recortes de anime, algunos de clasificación R jeje, cuando el australiano (nunca me aprendí los nombres de los muchachos) me pregunta si quería acompañarlos a un bar, yo, sin mucho convencimiento, acepto.

Nos dirigimos a unas pocas cuadras del hostal a un lugar llamado Mushroom bar, un lugar bastante friki, en colores claros, con un bartender con un corte de pelo en forma de hongo, juguetes en la mesa y como música de fondo……..soundtracks de videojuegos ochenteros o más viejos jeje, nos tomamos un par de copas ahí antes de migrar a otro bar cercano, donde nos echamos otras dos copas, hicimos relajo con unos japoneses de la mesa contigua y en la mesa del otro lado me tenían de atracción de circo por mi lugar de origen (oh mekishko!! jejeje) ellos no hablaban inglés y yo de igual manera el japonés así que imagínense la complejidad de la comunicación no verbal jaja.

Ya cansados, no recuerdo la hora, volvemos al hostal a dormir, terminando el día.

martes, 22 de enero de 2008

DÍA 03: Takayama

A eso de las 5 vuelvo a abrir los ojos, tenia penado tomar el Hida Limited Express con rumbo a Takayama pero no tenía idea de la hora del primer tren, me levanto y voy a tomar un baño, era un baño tipo japonés, un banquito frente a una regadera para lavarse y enjuagarse, y posteriormente una tina caliente. Por la hora era el único usuario por lo que evitamos exhibicionismos indeseados jeje.

A eso de las 6:30 salgo del hotel con rumbo a la estación de trenes llegando antes de las 7, en donde me doy cuenta que el primer tren pasa como a las 8:40 (si no me falla la memoria) por lo que me dediqué a la añeja y siempre apreciada actividad de perder el tiempo, entre las pocas tiendas abiertas, casi todas tiendas de conveniencia, y sacar plática a otros gaijins desinteresados de todo lo que les rodeaba jeje, después del éxito no obtenido compré el desayuno (unas bolas de arroz y unos adictivos pockys) con lo que esperé al tren.

Es un trayecto de 2 horas hasta Takayama por la montañosa zona de Hida lleno de pintorescos pueblos a lo largo del recorrido. Las montaña que nos rodeaba mostraba una capa de nieve sobre los árboles, dando un espectáculo aparte. Casi a las 11 de la mañana llego a Takayama y mapa en mano me dispongo a buscar el Ryokan donde me habría de quedar, Sey-Ryu se llamaba..creo.



Vueltas y vueltas, con todo y mapa, y no daba con el lugar, eso de perderme se estaba haciendo costumbre y no me estaba agradando, cuando se detiene un coche a lado mío y una señorita en un tímido inglés me pregunta si me puede ayudar, le pregunto por el lugar y me señala el camino, el lugar no contaba con un solo anuncio en romanji (alfabeto occidental), lo cual recriminé en la recepción pero tampoco hice demasiado problema, solo quería dejar la maleta y seguir la visita, lo primero que hice es visitar los mercados que se ponen por las mañanas, ya estaban en las últimas, a los pocos minutos de estar por ahí empezaron a recoger las mercancías.

Visite el Takayama Jinya la antigua oficina del gobierno local, hoy un museo, donde se ven las oficinas de gobierno, zonas de descanso y espacio residencial de esta construcción tradicional japonesa. Posteriormente quería subir por el parque Shiroyama a las ruinas de castillo, pero debido por las nevadas una parte del acceso a la loma estaba cerrada al público, frío y lluvia me acompañaron ese día.

Caminé el Old Town que una vieja zona muy conservada donde la mayoría de las construcciones datan del periodo Edo (1600’s) llena de pequeños comercios en el centro del pueblo, pasé por las destilerías de sake con sus respectivos testers jeje, pequeñas galerías de arte y un museo de artesanías.





Comí en un pequeño restaurante de esta zona para después seguir recorriéndola, en una de las tiendas de artesanías me topo con unos chilangos que andaban de visita, eran los primeros mexicanos que me topaba y la primera oportunidad de hablar español lo cual se agradecía jeje.

Ya tarde regresé al hotel, en mi habitación ya tenían preparado el Té verde y un refrigerio para descansar después de un largo día.